Los personajes. Así creo a los habitantes de mis mundos.

Diseñando personajes.

Un bosquejo de uno de mis personajes, no soy ilustradora, pero a veces me gusta dibujarlos.


Como ya conté en una entrada anterior, normalmente aparece primero el mundo y después los personajes, algunas veces aparecen juntos, y otras surgen desde una imagen que se cruza por mi cabeza.
Por supuesto que, cuando comienzo un cuento, tengo en mente una línea de sucesos, y hasta un final, pero  dependerá luego de los personajes, una vez que cobren vida, cuando trasciendan el "click", ellos van a guiarme.
Algo así me sucedió con el cuento: El Ángel del Mausoleo.
Lo tenía pensado como un cuento corto, pero una noche irrumpió en mi escritorio, uno de sus personajes, y se presentó con un monólogo y tanta fuerza que, sin ser el protagonista, hizo que cambiara la historia, inclusive en función a su monólogo.
Así fue cómo el cuento corto, pasó a tener cuatro capítulos, y más de cien hojas en A4, y más de cien páginas en formato digital.

Existen varias reglas que muchos escritores usan a la hora de crear sus personajes, yo aplico algunas, no porque lo planifique, simplemente se da así.
Ya hable del "bosquejo", es algo que siempre está, eso me sirve de guía, pero el personaje se va delineando sobre la marcha.
Luego, a partir del primer individuo que toma carnadura, se trazaran los otros.
Tampoco suelo llenar de personajes una historia, todos tienen una misión.
Unos serán protagonistas y otros serviran de apoyo.

Descripción física.

Para la apariencia, me inspiro en todo el mundo, en actores, en gente que conozco, alguien que vi una vez en la calle, pinturas, lo que sea, también me gusta dibujarlos, aunque no soy ilustradora.
En este blog, tengo páginas que hablan de algunos de mis personajes, y busqué fotos familiares y de la web para representarlos.
Les pongo un rostro, y un estilo de indumentaria, que tendrá que ver con la personalidad, ésto no siempre lo cuento, es algo que me ayuda a mí.
Si la historia lo requiere, doy una somera descripción física del personaje, o de un razgo dominante, por ejemplo:
Sabrina, protagonista de, El Ángel del Mausoleo, tiene los ojos verdes.
Alejandro Barcley tiene el cabello rojizo.
Milena, del cuento que se titula con su nombre, es rubia platino, de ella hago una descripción casi detallada de su físico y de la ropa que viste, en el tiempo en que se desarrolla su cuento.
Lalaya, de la historia que transcurre en el neolítico, también está detallada, tanto en la apariencia física, como en la indumentaria que usa, porque lo consideré necesario, ya que es parte importante de su personalidad.
Estas descripciones, aveces son realizadas por el narrador, otras por los mismos personajes en los diálogos.
Si es el narrador quien habla sobre el personaje, evito que haga alguna apreciación personal, debe ser absolutamente objetivo y describir lo que ve.
Normalmente no le dedico mucho espacio a eso, me gusta que el lector imagine a los personajes y me he llevado sorpresas, como me sucedió con Sabrina. Mientras la escribía, la pensé rubia, pero como no especifico en el cuento, de que color tiene el cabello, ya que no es relevante en la historia, resultó que más de un lector se la imaginó de cabellos oscuros.
En una crónica fantástica, donde los humanos interactúan con otras razas, expongo una ficha de cada personaje con el nombre, la procedencia, la raza (humano, extraterrestre, dios, elfo etc.), y descripción física, porque en este tipo de literatura esos detalles suelen enriquecer a la historia y a los lectores les gusta.
En cuanto a la psicología del personaje, tampoco es algo que estudio con antelación, ésto estará dado de acuerdo a la acciones del mismo, y luego reforzaré algunos aspectos y corregiré otros, para que encuadre dentro de la historia.

Lenguaje y nombre.

Si bien aquí también me dejo llevar por la intuición, suelo seguir las siguientes reglas:
Los personajes hablaran según su entorno, educación, procedencia y época, entre otras cosas. Ya que un joven que vivió en Buenos Aires a finales del sigo XIX, no puede hablar como un pibe que vive en la Ciudad de Buenos Aires en la actualidad.
Un médico no hablará igual que un peón de estancia en la Pampa, cada uno tendrá muletillas, o palabras que se ajusten a las personalidades y al entorno.
Esto lo aplico a los nombres: Un joven  argentino que vivió en el siglo XIX, se puede llamar Aristóbulo, pero no Nahuel, como un pibe argentino de la actualidad, y si hilamos fino, si el personaje es un chico que proviene de una familia acomodada de Buenos Aires, llamarse Felipe Ignacio, le quedará muy bien.
Lo más importante es la observación, el sentido común y la investigación.
Uno de los personajes del cuento El Pasajero, es Duanna, la mujer que vivió en Asiria con el protagonista, y que nació en la ciudad de Ur.
Le quería dar un nombre que fuera lo más real posible, podía inventarlo como lo hice en otras historias, pero decidí investigar, y encontré a Enheduanna.
En ese momento, no profundicé, me gustó y para acortarlo, llamé Duanna al personaje.
Cuando transcribí su crónica en este blog, necesité darle una imagen y volví a buscar, fue entonces, cuando volvió a aparecer Enheduanna y su historia.
Ella fue la primera escritora de la humanidad, al menos de la que tenemos registro, y tal como mi Duanna, fue hija de un noble y nació en la ciudad de Ur. En la segunda edición del cuento, amplío un poco más la información que doy de ella, y dejo algunos guiños sutiles, que puedan indicar que mi Duanna es en realidad aquella poetiza que vivió en el 2200 a.c.
En el caso del relato de Lalaya, los nombres son todos inventados, me encanta, y aunque no lo explico, lo determiné así:
Los nombres masculinos, terminan en "ar", que significa: "Señor", "hombre".
Los Nombres femeninos, contienen la letra "i" o "y", porque esa fonética representa lo femenino.
Los nombres del pueblo del los Domadores de Caballos, suelen incluir el diptongo "ai" en su nombres, inclusive ellos se denominan Taddaskai Amii.
También utilicé la letra w en algunos otros nombres, porque encontré que esa letra se usa mucho en las transcripciones de la lengua de los Hititas, y otros pueblos antiguos, (aunque la historia que cuento se desarrolla miles de años antes de la existencia del mítico pueblo de Anatolia).
Como los nombres inventados surjen de manera inmediata, tengo que anotarlos en el momento, para recordarlos después, porque es factible que los olvide...


Resumen:
  • Tener un bosquejo.
  • Trabajar a los personajes hasta que cobran vida.
  • Investigar
  • ¡Cuidado con las descripciones! No a los detalles profusos, a no ser que sean relevantes para la historia.
  • Encontrar el lenguaje y los nombres adecuados para cada personaje, de acuerdo a época y entorno social y cultural.
  • Para inventar nombres, tener una guía, y un justificativo, o solamente imaginación.
  • Anotar en una lista los nombres inventados.
A continuación presento algunos de mis personajes.

Este es un personaje de una saga de fantasía, entonces en su descripción, agrego detalles que no suelo incluir en otro tipo de historias.

Otro dibujo viejo, de un personaje que corresponde a una saga inconclusa, que no creo concluir.
Nombre: Ais
Raza: Danae.
Lugar: Nacido en Murias. Criado en Qura Lin.
Filiación: Perteneciente al pueblo.
Hija: Sirs.
Estatura: 1,80.
Cabello: Dorado.
Ojos: Ámbar.
Taciturno y de pocas palabras, de gran valor y honestidad.


Milena, personaje inspirado en la modelo Andreja Péjic. de hecho, la foto es de ella.












Nui, uno de los personajes de la crónica de Lalaya.
Nui, ya estaba creada, ya había nacido, ya había hecho su click, y me había enamorado por completo, amo a ese personaje, pero su imagen no estaba en mi cabeza, hasta que me topé con esta pintura, y mi corazón dio un salto.
¡Es Nui!.







El actor Christopher Lee, inspiró al personaje del cuento: El Pasajero, ese hombre inmortal que camina sobre la tierra desde épocas inmemoriales.
Casualmente, no le he puesto nombre a este personaje.
Solamente lo nombro en el cuento de Lalaya, dos veces, con el apodo que le habían puesto los hombres que lo conocieron en un lejano momento de la historia: Hapsawalar.





Por supuesto que todo personaje, además de un nombre y un aspecto físico, debe tener una historia, y una personalidad que lo vuelva real.
En mí caso esta personalidad surge a medida que avanza el relato, normalmente no doy detalles escritos, a no ser que la historia lo exija, dejo que las acciones y palabras, lo definan.




Bueno, esto es todo por ahora, en una próxima entrada, contaré otros recursos que utilizo para armar mis historias, que espero puedan llegar a ser de alguna utilidad.
¡Gracias!

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Soy Silvina Sant escritora.

Mis libros publicados.

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