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Mostrando las entradas de agosto, 2019

Mi experiencia como escritora con la autopublicación en Amazon

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Voy a contar mi experiencia, en esta aventura de la autopublicación. Después de llevar la mayor parte de mi vida escribiendo, un día me atreví por fin, a dar a conocer mi obra. Ese fue el primer paso, tomar la decisión. Segundo paso, concursos literarios. No obtuve malos resultados, y eso que me largué sin mayores conocimientos técnicos, en cuanto a formatos, y archivos. Hasta entonces solamente le prestaba atención a lo literario, desconocía todo lo referente al armado, todo lo que hay atrás de una obra escrita, antes de que llegue al lector. Escribía la historia, me fijaba que no tuviera errores de ortografía, transformaba el archivo en Word, PDF o lo que fuese, según especificaciones y lo enviaba. Tuve varias menciones e integré  preselecciones, y gané concursos, cuyo premio fue la publicación. De esta forma participé en algunas antologías, junto a las obras de otros autores. Hasta que me decidí a ir un poco más allá. Dar el tercer paso, publicar mis escrito

Los personajes. Así creo a los habitantes de mis mundos.

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Diseñando personajes. Un bosquejo de uno de mis personajes, no soy ilustradora, pero a veces me gusta dibujarlos. Como ya conté en una entrada anterior, normalmente aparece primero el mundo y después los personajes, algunas veces aparecen juntos, y otras surgen desde una imagen que se cruza por mi cabeza. Por supuesto que, cuando comienzo un cuento, tengo en mente una línea de sucesos, y hasta un final, pero  dependerá luego de los personajes, una vez que cobren vida, cuando trasciendan el "click", ellos van a guiarme. Algo así me sucedió con el cuento: El Ángel del Mausoleo. Lo tenía pensado como un cuento corto, pero una noche irrumpió en mi escritorio, uno de sus personajes, y se presentó con un monólogo y tanta fuerza que, sin ser el protagonista, hizo que cambiara la historia, inclusive en función a su monólogo. Así fue cómo el cuento corto, pasó a tener cuatro capítulos, y más de cien hojas en A4, y más de cien páginas en formato digital. Existen vari

Consejos de Escritora, así construyo los mundos de mis cuentos.

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No es norma, pero por lo general, primero aparece un esbozo del mundo en el que transcurrirá la historia y también puede aparecer un personaje, que no necesariamente tiene que ser el protagonista. Cuando se produce lo que yo llamo "el click" , que es el momento en que el personaje o los personajes, cobran vida propia, serán ellos quienes continuarán escribiendo la historia, pero para entonces ya tienen su mundo armado del que podrán nutrirse. Tanto en la previa a ese "click" , como después de producido, tiene mucha importancia la investigación, que ayuda a fortalecer los cimientos del mundo que estoy construyendo. Para eso me valgo de herramientas. Estas son las herramientas que uso: Hoy internet es una gran ayuda, a mí me encanta curiosear e investigar, antes usaba enciclopedias, libros, manuales etc, pero ahora todo eso lo tengo a un solo toque del mause de mi PC.   Google Earth y su street view, me sirven muchísimo a la hora de ubicar la historia en un

El narrador. Breves consejos, para escritores principiantes.

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https://youtu.be/HF9NIsYlIwA Escribir  La verdad es que no sé si escritora o escritor, se nace o se hace, yo creo que lo fui siempre, y en mi caso, comencé a escribir por una necesidad de encausar la imaginación que me desbordaba. Ya antes de conocer las letras, inventaba mundos nuevos para jugar, y creaba las historias, los personajes y las reglas. Mis cuentos e historias infantiles, no sobrevivieron a las mudanzas familiares, pero algunas de las historias que escribí de adolescente lograron perdurar. Por aquel entonces, mi lectura favorita incluía los cuentos de Edgar Allan Poe y las leyendas góticas de Becquer y textos de otros autores como: Balzac (Eugenia Grandet, me impactó sobremanera) y André Maurois. Por ende todo lo que ecribía, debía tener: Puertas que chirriaran sobre sus goznes, descripciones minuciosas de las caras de los personajes, y el lenguaje más rebuscado que pudiese encontrar, plagado a su vez de adjetivos. Por suerte no me quedé con eso;  estudié,