Hallazgo en la oscuridad. Fragmento del cuento: El Ángel del Mausoleo.

"(...)  Con una maza abrieron una abertura en el interior del hogar que realmente daba a un pasadizo, escalones de ladrillo descendían a la oscuridad subterránea de la casa.
El mismo Padre fue el primero en bajar linterna en mano, algo en mi interior me impulsó a seguirlo, detrás de mí, la linterna de un policía ayudaba a alumbrar el camino. Luego de descender los tres, unos ocho peldaños informes, dimos con un pasadizo angosto cuya longitud era difícil de determinar por los vericuetos que presentaba, lo que tampoco nos dejaba prever a dónde conducía. El aire que respirábamos era frío en extremo y húmedo, no se escuchaban sonidos mas allá de las pisadas y del latir profuso de nuestros propios corazones, en algunos sectores pendían del techo bajo, telas de araña, algunas viejas y secas ya, que se pegaban a nuestras cabezas, huelga decir que no me atrevía ni a hacer un simple ademán para retirarlas de mi cabello por la gran impresión que todo esto me causaba, pero por lo demás el pasadizo parecía extrañamente limpio de otro tipo de insectos y alimañas. Avanzamos por ese pasillo angosto, tal vez unos pocos metros, tal vez muchos mas, es difícil calcularlo en esas condiciones, hasta que el pasaje se ensanchó tomando las dimensiones de una pequeña cámara. Arrumbado a un costado había lo que parecía ser un mueble o un bulto de madera, eso me pareció a mí, pero cuando lo alumbraron con las dos linternas se vio claramente que era un féretro. (...)
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Soy Silvina Sant escritora.

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El narrador. Breves consejos, para escritores principiantes.