Fragmento del cuento: El Ángel del Mausoleo. "Muerte en el manicomio"

..."Si bien creí que ya la había dejado atrás, terminé preocupándome por la que había sido mi amiga, quien sabe, tal vez fue por un dejo de culpa, lo cierto es que unos días después del episodio, averigüé si todavía estaba en el hospital psiquiátrico y fui a verla.
Cuando llegué había habido un gran revuelo en la institución, en principio y debido a eso, no querían dejarme pasar, pero cuando dije a quien iba a ver, cambiaron de opinión, pude ingresar y fui conducida a un despacho que parecía ser la dirección del lugar.
-- ¿Es usted pariente de la interna? -- me preguntó en tono imperativo, una mujer rubia e imponente vestida con un ambo blanco, que la hacía parecer aun mas grande. Me clavó los ojos azules con una intensidad que me dio miedo.
--  Soy … Conocida, quiero saber como está, no es necesario que la vea solamente saber como está -- aclaré. No quería verla porque además tenía miedo de su reacción. Estaba allí justamente por querer lastimarme a mi. Eso intenté explicar sin éxito.
-- Aguarde aquí -- me dijo la mujer rubia y me dejó sola en el lugar. Sin otra opción me puse a mirar con detenimiento el sitio. Las paredes estaban revestidas de azulejos amarillentos que en algún tiempo debieron ser blancos, había un escritorio enorme y destartalado, lleno de papeles, yo estaba sentada en una silla de hierro con una pata floja que chirriaba al mínimo movimiento,  por un ventanal con barrotes oxidados entraba abundante luz la que dejaba a la vista con lujo de detalles, la absoluta decadencia de todo cuanto había en el lugar
El vozarrón de la mujer que me había atendido se intensificó avisando que se acercaba.
-- Venga -- ordenó.
-- Ya le dije que no es necesario que la vea, simplemente quería saber como esta ella -- protesté, mientras caminábamos por largos pasillos con paredes oscuras de las que colgaban  los guijarros de pintura vieja y ennegrecidas telas de araña, se escuchaban voces y gritos, provenientes de otro sector y cada tanto un despojo de mujer aparecía sentada en un banco.
-- Por aquí --me dijo y me hizo entrar a una sala, con una mezcla de olores que me repugnaron tanto que pareció que el estómago se me subía a la garganta.
-- ¿Esto es la morgue?-- pregunté desencajada
-- Vea, la persona por quien usted pregunta, falleció, anoche o anteanoche , no tiene parientes ni nadie ha preguntado por ella, si no vienen a reconocerla, se tiene que quedar acá, y no tenemos infraestructura para mantenerla. Acá no funcionan ni las heladeras para dejar el yogur.-- me dijo y de un empujón me acercó a una camilla, donde un bulto descansaba tapado con una sábana.(...)"