El Pueblo del Río Verde


El pueblo del Río Verde, se inició con unas pocas familias, que decidieron establecerse de forma permanente, en un terreno fértil, junto a un caudaloso curso de agua. Más tarde, se dieron cuenta que agrupándose, les resultaba más fácil defenderse de los ataques de animales o de otros hombres. Ese, fue el principio del asentamiento primitivo.
Y hasta allí llegó, proveniente del mundo perdido de occidente, un hombre extraño, quien les inculcaría muchos de los conocimientos de su antigua civilización, gracias a él, este asentamiento primario, en pocos años dio un salto gigantesco en la evolución, que a otros pueblos les llevó cientos de años alcanzar.


" [...] Así anduve un tiempo que no puedo precisar, pues los días con sus noches eran iguales, podía guiarme por las fases de la luna, por las estaciones, por algún evento especial como un eclipse, pero ciertamente no encontraba motivos para medir los años. 
Seguí andando en la soledad más absoluta por aquellos territorios, hasta que me crucé con una comunidad que vivía de forma permanente a orillas de un río, en un terreno fértil donde cultivaban trigo. 
Habían construido casas, y domesticado algunos animales, hasta la ropa que usaban tenía otra elaboración. Aunque en un principio tuvieron cierto recelo al verme, pensaron que era uno de esos hombres salvajes que cada tanto merodeaban el asentamiento para atacarlos. Cuando se dieron cuenta que yo no era una amenaza, me aceptaron. 
Me quedé con esta gente, aprendí su lenguaje, y costumbres, ellos también creían en los mismos dioses que los otros hombres, aunque los llamaban con nombres distintos, pero la diferencia es que éstos estaban abiertos a aprender. Compartí con ellos lo que estuvo en mis manos, una de las primeras cosas que hicimos juntos fue erigir  defensas en torno a la aldea para que ésta no sea tan vulnerable a los ataques, fortificamos las construcciones, y las viviendas, creamos un sistema de riego, y un acueducto para llevar el agua directamente desde el río hasta las cisternas ubicadas en el centro de la aldea. Implanté leyes y fundé una escuela, para enseñar a los mas jóvenes un sistema de escritura y la matemáticas que eran vitales para su desarrollo. Además procuré inculcarles la fe en el conocimiento y no en dioses imaginarios o en el azar, empresa que no conseguí, por mas que en momentos me empeciné duramente en ello, luego al darme cuenta que la energía invertida era demasiada e inútil, desistí. Mi presencia se volvió muy importante, y me convertí en líder, pensé que mi camino había llegado a su fin, y decidí establecerme allí.
Aunque el destino, esa circunstancia en la que aún no creía, me tenía guardada una jugada. Supe por boca de unos pastores nómadas que llegaron en cierta ocasión a la aldea, que no muy lejos, a unos días de camino hacía el sudeste, existían unas extrañas construcciones, que ellos creían que habían sido hechas por los dioses, entusiasmado con la descripción que me dieron, me despedí de mis hijos, que eran niños en aquel momento, de mis esposas y amigos y emprendí el camino hacía el mítico lugar".


Quien relata estos hechos es el personaje central del cuento "El Pasajero"  padre de Lalaya, conocido como "el hombre extraño llegado desde el oeste".

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