La Nota.


Otoño del 2002, por esa época trabajaba en una productora de seguros. Como era habitual me había tocado visitar clientes y en esa particular ocasión, en el barrio de Barracas.
Una vez cumplida la misión, abandoné la Avenida Regimiento de Patricios, repleta de escalinatas gastadas sobre las veredas en desnivel, y tomé por una calle transversal, con la esperanza de salir de allí lo antes posible.
Caminé doscientos metros, hasta que me topé con una una iglesia, que por ese entonces se encontraba abandonada.
No la conocía, pero su estructura despertó tanto mi asombro como mi curiosidad, tal vez porque no esperaba encontrar semejante edificio en ese barrio de casas bajas.
Crucé a la plaza que se encuentra en frente y me senté en un banco, desde allí tenía una vista general de la construcción que había llamado mi atención. Noté que una de las maderas del respaldo del viejo banco, estaba hueca, y allí, al resguardo de los años, de la intemperie y de manos destructoras, encontré la nota.
Las letras se desvanecían sobre el papel endeble, tenía la fecha escrita en el márgen superior derecho,  12 de mayo de 19 ... la escritura del año había desaparecido. Sin embargo el contenido se podía leer perfectamente.

"Acepté tu reto y llegué hasta la iglesia maldita.
Esperé ... 
El sol débil del atardecer bañó los picos de las torres y jugó con las sombras  entre los recovecos y las figuras de piedra por encima de las rejas puntiagudas. Y mientras la temible silueta de la mole gótica, se apuntalaba sobre el cielo crepuscular, huyeron las aves con el aliento frío que sacudió a las copas de los árboles.
Hasta que al fin con el último fulgor, las poderosas alas de piedra de los arcángeles se desentumecieron. Primero con tal lentitud que confundí al pavoroso prodigio con mi imaginación. Pero luego, con el sonido semejante al del trueno, despabilaron al aire y enfurecieron a la brisa y yo seguí en pie; desafiante, hasta que los parpados pétreos se levantaron y  sus pupilas alcanzaron mi insignificante imagen.
Ahora heme aquí, sigo esperando, agazapado en las alturas. 
Mis alas quietas, mis corazón ansioso.
Con el último vestigio de humanidad, te escribí estas líneas, porque lo sé.  
Tarde o temprano, mi amor, sé que vendrás".

Después de leer la nota, volví a doblarla y la dejé en el mismo hueco donde la había encontrado.
El sol de mayo se esfumaba y había comenzado a refrescar. Mientras me alejaba del lugar, pude sentir una mirada, que provenía desde una de las torres, apresuré el paso y no miré hacia atrás.


Arcángel de la Iglesia de Santa Felicitas, Barracas.




Iglesia de Santa Felicitas.


Dejo un enlace con la trágica historia que precedió al templo. Aunque no tiene nada que ver con La Nota, sin embargo, es probable que existan otras tantas crónicas de amores desencontrados en ese lugar, que parece tener un halo sobrenatural. Yo por las dudas no me mudaría a ese barrio.


https://www.guioteca.com/argentina/felicitas-guerrero-y-su-fantasma-una-historia-de-amor-tragico-y-presencias-paranormales/


















Comentarios

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Soy Silvina Sant escritora.

Mis libros publicados.

El narrador. Breves consejos, para escritores principiantes.